LUIS GUILLERMO ALONSO
Urgido por la entraña de un encuentro de quien anuda todos los sentidos de una vida, nos regala el autor este poemario que es resultado de dos: de quien le inspira y de su resonancia depurada. Trata del Crucificado como clave de toda una vida. Alguien que se dio más allá de sus cálculos, de sus pruebas, de sus crisis internas, de su fe flagelada, por ser fiel a su mirada sobre el mundo, sobre el hombre y aun sobre sí mismo. Creemos que el lector podrá encontrar una nueva libertad y un lenguaje distinto, más vibrante sin perder lucidez, sobre un referente de incalculable valor sobre el Hombre, su dignidad y sus derechos y su capacidad de coherencia al límite, en dádiva. LUIS GUILLERMO ALONSO (1939) es jesuita y reside en Valladolid. Se mueve en la frontera entre la estética y la dimensión trascendente del hombre. Imparte cursos. Puede resultar conocido a los lectores de Sal Terrae por su poemario Si aún queda algo de voz.