DONCEL NUÑEZ, SERGIO LUIS
La nación importa. Pertenecemos a ella y ella nos pertenece. Dentro de la nación encontramos seguridad y oportunidades, una comunidad con la que compartimos identidad, y en su seno podemos forjar un legado que nos transcienda. Por lo tanto, la defensa del interés nacional es una noción básica, imprescindible para la supervivencia de un pueblo; pero en Europa occidental ha sido inexplicablemente abandonada por la clase dirigente y gran parte de la sociedad. Sin embargo, ahora diversas corrientes —en España y en el resto de Europa— están recobrando la conciencia nacional, propugnando aspiraciones como un Estado soberano e independiente, la lealtad a la comunidad nacional, la unidad, proyectos intergeneracionales de gran magnitud… Objetivos que deberían ser ampliamente compartidos. El nacionalismo es necesario para afrontar las amenazas que nos rodean y una fórmula política más adecuada que los ya caducos liberalismo y socialismo. Es también la receta para no quedar desamparados frente al globalismo, que no quiere personas, sino números sin alma. Sentar las bases programáticas de un nuev