MARCELO LUJAN
Arder en el invierno es breve pero intenso. Está estructurado en tres partes en las que aparece un texto por cada letra del alfabeto. A través de un clima onírico, cargado de melancolía, se cuenta y no se cuenta una desoladora historia de amor, que es también una historia de nostalgia, que es también poesía, que es también pasión, y contiene ese delicado entusiasmo por el fracaso que define la buena literatura: Marcelo Luján sabe, como cualquier escritor de raza, que ninguna historia humana termina bien. Ana María Shua Vengo de no sabría donde a pedirte que me sigas. Me sumerjo y te lo ruego. Escribo con mano firme este montón de letras bajo el agua. Vengo y me quedo y entonces te escribo: soy yo: valgo este puñado de palabritas atornilladas a los renglones y sin embargo vengo y me planto y te ruego que me sigas (...) 20.SIRENAS, Arder en primera