JURADO, FRANCISCO JOSÉ
Benegas no es un sabueso al uso. Es un investigador de la vieja escuela. Benegas no se deja llevar por corazonadas, intuiciones o trucos parecidos. Lo suyo es la lógica. Benegas no es un perdedor compulsivo, un alcohólico solitario con una vida complicada. Es un tipo normal que incluso quiere a su mujer. Observador perspicaz y puntilloso, perseverante y testarudo como sólo un Tauro puede llegar a serlo, el inspector tiene dos aliados a la hora de resolver los casos: una capacidad de análisis ciertamente sui géneris y un profundo conocimiento de las miserias del ser humano tras más de veinte años de carrera, el que de verdad importa.
Tres asesinatos vienen a romper la plácida monotonía de una ciudad como Córdoba. El cadáver de un alto cargo de la Junta de Andalucía aparece flotando en las aguas del río Guadalquivir durante el tórrido mes de agosto. Un suicidio bajo el que se esconde un crimen que hunde sus raíces en los duros tiempos de la posguerra. Un segundo caso en el que se unen