JIMÉNEZ, FAUSTO
Afectivamente, Don Bosco tuvo y cultivó algunas preferencias. Desde la perspectiva de la educación, su predilección se centró en los muchachos (adolescentes y jóvenes), especialmente pobres y abandonados. Desde la perspectiva de la religión, sus grandes amores son tres: la Eucaristía, la Virgen María como Auxiliadora y el Papa.