MARTÍN MARCOS, DAVID
Al término de la Guerra de los Treinta Años, la Santa Sede sufrió una profunda crisis que acabó con la centralidad que hasta entonces había disfrutado en la escena política internacional. En los tratados de paz que siguieron al conflicto la razón de Estado se impuso al factor religioso como base de la negociación diplomática y el ideal católico del Papado como eje director de Europa quedó relegado a un segundo plano. No fue hasta 1700 en que la crisis dinástica de la Monarquía de España brindó al papa Clemente XI la posibilidad de revertir esta situación y convertirse en Padre Común en una contienda en la que sus «hijos», tanto el archiduque Carlos como Felipe V, procuraban su reconocimiento para convertirse en el verdadero «Rey Católico». Esta obra indaga en las razones del fracaso de la empresa pontificia en la Guerra de Sucesión española y demuestra el creciente distanciamiento entre los postulados de la Sede Apostólica y los de una Europa en la que la religión estaba cada vez más lejos de ser un elemento determinante en el orden internacional.