GARCÍA FERNÁNDEZ, MANUEL
Este libro misceláneo integra un conjunto de estudios sobre el rey Alfonso XI (1312-1350) de Castilla y León y su época con motivo del VII centenario de su acceso al trono castellano. Rey conquistador, legislador y organizador de reino de Castilla, ha pasado principalmente a la historia por haber detenido la amenaza benimerín y controlado, casi por completo, el sector estratégico del Estrecho de Gibraltar con la victoria de la batalla del río Salado, cerca de Tarifa, en 1340 y la conquista de Algeciras en 1344. Pero Alfonso XI fue lógicamente mucho más que un monarca batallador. Su prolija labor de gobierno se caracterizó también por el reforzamiento del poder monárquico a través del control de la alta nobleza y de los municipios, y por un desarrollo legislativo sin precedente en Castilla.
El texto que el lector tiene en su manos comprende un conjunto de trabajos inéditos que tienen al siglo XIV castellano como marco referencial, y lógicamente al monarca Alfonso XI como protagonista destacado, en primera persona, de la reconstrucción histórica; desde la compleja sociedad política y las relaciones diplomáticas hasta las crónicas islámicas y cristianas y las minorías étnicas y religiosas. No obstante, el carácter universal que proyecta el reinado de Alfonso XI en Castilla se deja sentir también, junto a estudios de orientación medievalista, en otros relacionados con el análisis de las letras, la poesía, incluso con la tradición operística y musical decimonónica; lo que aporta al conjunto un marcado sentido transversal e interdisciplinar.
Alfonso XI nunca alcanzaría la fama de santidad de su tatarabuelo Fernando III, el Santo, dominador del Valle del Guadalquivir; ni la sabiduría universal de su bisabuelo Alfonso X, el Sabio, verdadero colonizador y fundador de Andalucía; pero fue sin duda alguna el último de los grandes monarcas conquistadores de la Frontera, que fijó la raya definitoria andaluza con el antiguo reino nazarí de Granada hasta comienzos del siglo XV, devolviendo al reino de Castilla la hegemonía peninsular perdida durante los turbulentos reinados de su abuelo Sancho IV y sobre todo de su padre Fernando IV.