MOURIN, IVÁN
Siglo XIX. Tres hermanas simulan el contacto con espíritus mediante golpes.
Siglo XXI. Un grupo de investigadores retransmiten en streaming la incursión en un edificio supuestamente embrujado.
Casi dos siglos han pasado desde que el espiritismo se instauró en la sociedad decimonónica como si de un espectáculo se tratara, sobreviviendo en nuestra era. La tecnología, lejos de lo que podemos pensar, ha alimentado este movimiento, permitiendo que sigamos creyendo en monstruos, espíritus o demonios. Pero han sabido adaptarse a nuestro tiempo: ahora, los teléfonos son los que acaban siendo poseídos, cualquiera puede comprar un objeto maldito, quedar a distancia para realizar rituales de invocación o disfrutar de una investigación paranormal desde la comodidad del sofá de casa.
¿Cómo afecta todo esto a nuestra sociedad?, y ¿cómo han sabido evolucionar y adaptarse ciertas creencias, cuando se supone que el racionalismo trata de imponerse a toda costa?