JOSE MANUEL GARCÍA BAUTISTA
En todo el mundo existen numerosos pueblos abandonados, conocidos como "fantasmas", donde el tiempo parece haberse congelado. Desde el emblemático Belchite, cuyas ruinas son un sombrío recordatorio de que la guerra nunca puede ser la respuesta, hasta lugares menos conocidos como Granadilla, Ribadelago, Jafra, Los Cabezudos, Fatxes, Turrucún, Otero de Sari y muchísimos más. Estas localidades olvidadas son testigos silenciosos de un pasado que se niega a desaparecer. Pueblos que tienen una historia terrible tras ellos, y que, en su aparente desolación, se convierten en escenarios perfectos para el florecimiento de las leyendas. Historias de apariciones, criaturas sobrenaturales y eventos inexplicables se entrelazan con los restos abandonados de un pasado que se resiste a ser olvidado. Las leyendas crecen y se transforman con cada nueva generación que se acerca a estos lugares, añadiendo capas de misterio a lo que ya se consideraba insondable. En la mente del pueblo, mitos y realidades se confunden, y el tejido de lo tangible y lo fantástico se entrelaza en un relato colectivo que se transmite de boca en boca.