RAYMOND QUENEAU
Tome a un sabio como Eleazard Hazard, los insectos en latín, un clown llamado Calvaire Mitaine, el filatélico Sulpice Fissile, un pulpo domesticado, el bigote y las lentes del detective Florentin Rentin y Jim Jim, el boxeador negro con acento alsaciano, y mézclelo con una gran cantidad de los alrededores de Marsella; espolvoree un inventario de objetos habituales, cúbralo después con algunos crímenes cómicos, desapariciones repentinas y diálogos y exclamaciones en caída libre, y obtendrá los veintinueve capítulos de una novela inédita de Raymond Queneau: alegre guateque para ectoplasmas surrealistas y elementales onirocríticos.