GESCINSKA, ALICJA
El auténtico problema de nuestra era es la falta de sinceridad con nosotros mismos y con los demás. Lo que determina la calidad de una afirmación es la intención del hablante. Para combatir la proliferación de la mentira no basta con ofrecer más herramientas con las que comprobar los hechos. Sin un nuevo compromiso, la democracia está más amenazada y, con ello, corremos el riesgo de perder nuestro bien más preciado: la libertad.