NITSCHKE,G.
El jardín japonés, como todos los jardines, es más que mera naturaleza: es naturaleza trabajada por el hombre. Necesita las manos del diseñador para ofrecer significado. El jardín japonés pertenece al reino de la arquitectura; en su máxima expresión, es la naturaleza como arte. Las fases de su historia documentan la redefinición constante de la posición del hombre en y hacia la naturaleza. Sus formas cambiantes responden tanto a desarrollos socioeconómicos como a tendencias religiosas y filosóficas, y de este modo reflejan el clima espiritual en que fue concebida su arquitectura.
A la vez que detalla las características que distinguen y diferencian cada una de las cinco épocas capitales en la historia del jardín japonés, el autor identifica el denominador común que subyace en todas ellas: el intento recurrente de unir la belleza como accidente natural y la belleza del tipo perfeccionado por el hombre, de alcanzar una simbiosis estética entre la aparente aleatoriedad de la forma natural y la geometría estricta del ángulo recto.