JALICS, FRANZ
A modo de prólogo, por Pablo d'Ors Encuentro con Jalics Episodios trascendentes de una biografía Primera experiencia: la vuelta al hogar y el descubrimiento del perdón Segunda experiencia: el bombardeo de Núremberg y la llamada de Dios Tercera experiencia: el secuestro, la tortura y la práctica de la meditación Un libro para discípulos y acompañantesIntroducciónI. La armonía 1. Vivir con el «buen Dios»1. El anhelo de Dios2. Los mandamientos3. Dios y el mundo están en armonía4. La religión del Dios inmanente 2. La tarea de los acompañantes espirituales1. Aceptar la vida2. Escuchar3. El modo en que los hombres conocen a Dios4. Enseñar a orar 3. La importancia de esta espiritualidad y sus límitesII. La vocación 1. El descubrimiento del Mesías 2. Los tesoros en la tierra1. Vende lo que tienes2. El «vender todo» y la cruz3. Resumen 3. Nuestro tesoro en el cielo 4. La misión 5. Misión como espiritualidad1. Requisito2. La voluntad de Dios3. La voluntad egocéntrica4. La intención5. El proceso de elección6. La valoración7. Los tiempos intensivos de oración 6. La tarea de los acompañantes espirituales1. Fortalecer la relación con Jesucristo2. El conocimiento práctico de la espiritualidad de la acción3. El trabajo ulterior en la historia personal4. La prosecución de la vida de oración5. El cristianismo es comunidad 7. El enriquecimiento por medio de la espiritualidad de la acciónIII. El silencio 1. La vocación a la contemplación, la escucha y el asombro1. Aprender de los niños2. La vid3. Un exorcismo4. Las preocupaciones5. Las bienaventuranzas6. El criado7. La invitación al banquete8. Las diez vírgenes9. Jesús y el silencio10. Los tiempos de oración de Jesús11. Jesús enseñó a los discípulos a orar sin palabras12. Resumen 2. La tarea de los acompañantes espirituales1. Mirar un punto2. Permanecer en la contemplación3. Permanecer en la naturaleza4. La respiración5. Las manos6. El sonido y el nombre de Jesucristo7. Actitudes importantes para la oración contemplativa 3. Lados fuertes de esta espiritualidad y su perspectiva más amplia IV. El ser 1. Introducción 2. La promesa de Jesús en el evangelio de Juan1. El prólogo y el discurso de despedida2. Dios habita en nosotros3. El ser uno ya se ha realizado4. La eucaristía5. La vid6. Dios es amor 3. Los acompañantes y los acompañados1. ¿Cómo deben comportarse los que se encuentran en este camino?2. ¿De qué manera tienen que actuar los acompañantes espirituales para conducir a la unificación?
Este libro pretende mostrar la manera en que Jesús acompañó espiritualmente a las personas. Jesús llama a los hombres para que su vida en la tierra llegue a ser un camino hacia el Padre. Como se trata de un camino largo y con muy distintas etapas, Jesús llama siempre de nuevo, pero únicamente para el siguiente tramo del camino. Aun así, el sendero es siempre escarpado.Jesús comienza con los diez mandamientos. A ellos Dios llamó por medio de Moisés. Jesús se identifica plenamente con la necesidad de recorrer primeramente el camino de los mandamientos. A continuación llama a recorrer otras tres nuevas etapas. Se trata de caminos espirituales que no son contrapuestos o excluyentes, sino que se suceden uno al otro al igual que la madurez sucede a la juventud o como a los tiempos del trabajo creativo sigue normalmente la vejez. Lo esencial es que estos cuatro caminos conducen a una profundización de la relación con Jesucristo. Cada paso trae consigo un nuevo descubrimiento: se reconoce a Jesús más profundamente; el camino anterior queda completado. Cada tramo del camino trae consigo un nuevo desafío para quienes reciben la llamada.El libro se divide en cuatro partes: la espiritualidad de la armonía (capítulo 1), que en la relación con Dios se limita en la mayoría de las ocasiones a la oración vocal; la espiritualidad de la misión (capítulo 2), en que el acento recae en las meditaciones de la Sagrada Escritura, al igual que en diálogos espontáneos con Jesucristo; la espiritualidad del silencio (capítulo 3), en que la oración se simplifica hasta hacerse pura contemplación; y, en fin, la espiritualidad del ser (capítulo 4), donde la propuesta de Jalics alcanza una cima mística que, sin embargo, en su lenguaje aparece cercana y sencilla.