JOAN MANUEL GISBERT
En la calma de una agradable noche de verano, una rana y un sapo contemplan el espectáculo de un cielo estrellado. Cautivados por el misterio de ese inmenso espacio de luz y oscuridad, se preguntan: , . A este diálogo se suman pronto un búho y un pato, que se plantearán nuevos interrogantes.