BOSCH OLIVERAS, MAR
Eva, sola y con dos mellizos de pocos meses bajo su único cargo, pasa revista al vuelo radical que ha dado su vida en los últimos meses. Desde cómo conociera a Miquel, su pareja, pasando por el trato con una suegra neurótica, que ni muerta deja de hacer resonar sus quejas en la cabeza de Eva, a la figura siempre ausente de Miquel, un padre incapaz de levantarse por las noches para cuidar de sus hijos o tener el más mínimo gesto con ellos. Eva está sola, una vez más, recién salida de un proceso que para nada ha resultado todo lo bonito que le dijeron que iba a ser. Poco o nada la advirtieron de las particularidades fisiológicas y psicológicas del embarazo, por no hablar del postparto, o de la necesidad de forjar una familia sin ningún tipo de manual. Eva se siente como una aspirina en un vaso de agua, efervescente, desapareciendo por momentos de una realidad aterradora. Con la ayuda inesperada de iun vecino, luchará por encontrarse otra vez, y volver a tomar el control de la realidad, lejos de voces quejosas y los lloros de los mellizos. La obra destila un sentido del