COBO CUCURULL, JOSÉ
El monoteísmo significó una ruptura con respecto a la idea religiosadel más allá: Dios se encuentra presente no como el titiritero quemaneja los hilos desde arriba, sino como el Dios que retrocedió másallá de lo creado, incluso de los cielos. La paradójica realidad deDios es que su presencia es la de un ausente, la de un Dios que no sedeja asimilar como dios. Al fin y al cabo, el Dios bíblico nunca fuehomologable a lo que la conciencia religiosa entiende espontáneamentepor divino.La cuestión sobre la verdad de Dios puede traducirse como la preguntapor el verdadero poder: en manos de quién estamos. El creyente sedirige a un Dios que aún no es sin la entrega del hombre. No exigeculto, sino respuesta hacia los más débiles. Tan solo desde la propiadesnudez o desamparo podemos responder a la demanda infinita de losque fueron desnudados por un mundo sin piedad. De ahí la paradoja: los capaces de Dios no son aquellos que creen contar con el apoyo de ladivinidad, sino quienes no parece que cuenten ni siquiera para Dios.La paradójica realidad de Dios es el segundo título de una trilogíacuyo primer volumen es Incapace