FERNANDEZ PEDEMONTE, DAMIAN
El pasaje del Evangelio sobre los discípulos de Emaús contiene una enseñanza especial para quienes ya llevan un tiempo siguiendo a Cristo. Con frecuencia, en esa circunstancia, el camino cristiano se presenta más arduo. Puede sobrevenir el cansancio, la tristeza, el desaliento, también en quienes se entregaron a Jesús y a sus hermanos.Los discípulos de Emaús vuelven a ser sorprendidos por la misericordia infinita del Señor y el poder transformador de su Resurrección. Y, como a ellos, Jesús nos sigue buscando a cada uno de nosotros en la crisis de la mitad de la vida, para facilitarnos una segunda conversión: de la que se sigue una nueva esperanza, la aceptación humilde de los propios dones, la alegría del amor al prójimo y la llegada de los frutos auténticos de la evangelización.Crítica:
«Al hilo del pasaje del Evangelio del encuentro de Jesús con los dos discípulos en el camino a Emaús, el autor va comentando las incidencias que puede encontrar una persona que tiene vida interior, se dedica a los demás o tiene un compromiso cristiano en esa larga etapa de la vida que es la madurez: momentos de aburrimiento, cansancio, desaliento, la enfermedad, la constatación de la propia mediocridad, etc.»
Alfredo María Ruiz de Gámiz, Delibris