JUAN G. ATIENZA
La historia más lejana de la humanidad ha dejado un mensaje en las piedras, en las pinturas rupestres, en la mole de los megalitos. Y ese mensaje nos habla de un tiempo perdido en el que los dioses del Diluvio eran todavía hombres y habían llegado de alguna parte ignorada para transmitir su saber a los cazadores de la Prehistoria.