LIGOTTI, THOMAS
Emparentadas con la sensibilidad, la paranoia e incluso el humor de la narrativa kafkiana, reproducen el horror que domina toda la existencia humana en el microcosmos burocrático de la empresa. «En torno a 1993», comenta Ligotti en el libro de entrevistas Born to Fear de próxima aparición en Valdemar, «cuando la empresa para la que trabajaba estaba pasando por una remodelación, y no era la primera, sus estupideces palmarias y actitud deshumanizada me desquiciaron tanto que escribí La red de pesadillas [...] Pero no fue hasta el año 2000, varias remodelaciones después, cuando empecé a perder la cabeza. Me obsesioné con fantasías violentas y estas se convirtieron en el impulso para escribir Mi trabajo todavía no está acabado». Frank Dominio lleva media vida trabajando en la misma empresa y ha logrado ascender a duras penas al puesto de supervisor de división con personal a su cargo. Un día decide presentar en una reunión de directivos un proyecto innovador en el que ha estado trabajando, pero su supervisor jefe propone aparcar la propuesta. Dominio se siente humillado y ve en esta maniobra un intento de minar