FERNÁNDEZ DE MORATÍN, LEANDO
Con más de cuatrocientos mil habitantes, Nápoles era en el siglo XVIII la ciudad más grande de Europa.ôNi en Londres ni en París he visto más gente por las calles que en Nápoles, y en ninguna tanto ruido y estrépitoö, señala Leandro Fernández de Moratín (1760-1828), que, en su largo periplo europeo (1793-1796), recaló en Nápoles entre primeros de noviembre de 1793 y mediados de febrero de 1794.Ahí pudo observar las gentes y costumbres del lugar o descubrir las maravillas que ofrecen la naturaleza y la Antigüedad, tanto en la hermosa ribera del Golfo como a las faldas del Vesubio.También visitó las iglesias y museos de la ciudad, así como, en su condición de dramaturgo, los teatros, donde los napolitanos, ôde ingenio sutil, muy habladores, de carácter alegre y burlónö, alcanzan toda su expresión.