LOPEZ NARVAEZ CONCHA
Mientras Oso duerme plácidamente su siesta debajo de un panal de miel, todos los animales que por allí pasan le despiertan y le piden con malos modales que les ponga el panal a su alcance. El oso, malhumorado por las sucesivas interrupciones, no accede a sus peticiones. Sólo un ratón que pacientemente espera a que el oso se despierte conseguirá -gracias a sus buenos modales- un poco de la rica miel.