MCCARTHY, CORMAC
Cormac McCarthy alcanzó la popularidad gracias a «Todos los hermosos caballos», llevada al cine por Billy Bob Thornton en 2000. Su última novela, «No es país para viejos» es un «western» crepuscular en el que el tiempo ha causado estragos.
McCarthy, que nació en el Este, en Rhode Island concretamente, en 1933, se enamoró del Oeste durante su infancia en Knoxville, Tennessee. Apenas se sabe de su vida privada. Sus libros constituyen la única ventana para asomarse y adivinar algo de un hombre que no concede entrevistas y que ha envuelto su figura en la bruma de la leyenda. Una leyenda que remite a otro de los grandes naradores norteamericanos, Jack London. Como él, McCarthy vivió una infancia pobre y una juventud de vagabundo. Como él, encontró su vía de escape en la literatura. Para McCarthy todo se reduce, y se enriquece a la vez, a hablar de fronteras.
«No es país para viejos» también habla de fronteras. Unas tangibles como el espacio en el que acontece la historia, los territo