PÉREZ REVERTE, ARTURO
La noche del 30 de junio de 1520, último día de los conquistadores en Tenochtitlán, es conocida como «la noche triste». Los aztecas saborean su próxima venganza mientras los españoles se aprestan a huir entre la lluvia, dejando atrás la promesa del oro por el que cruzaron el océano. Todos, menos uno. Un soldado de ojos azules que no está dispuesto a soltar un saco lleno del preciado metal. Ni aunque tenga que arrastrarse entre el barro, las vísceras y la sangre de sus compañeros, ni aunque ello suponga su captura. En su delirio, se aferra a la mirada desafiante de su india pagana.
«Miniatura magistral de la escritura de Pérez-Reverte, Ojos azules me trae a la memoria cierta fraseb de Emerson que solía recordar Borges: comprendiendo un momento de la vida de un hombre, podremos comprender toda su vida. Del mismo modo, quien lee Ojos azules no sólo percibe la vida entera del soldado que la protagoniza, sino el alcance y signifi cación del extenso episodio épico en el que se inserta, y,
La noche del 30 de junio de 1520, último día de los conquistadores en Tenochtitlán, es conocida como «la noche triste». Los aztecas saborean su próxima venganza mientras los españoles se aprestan a huir entre la lluvia, dejando atrás la promesa del oro por el que cruzaron el océano. Todos, menos uno. Un soldado de ojos azules que no está dispuesto a soltar un saco lleno del preciado metal. Ni aunque tenga que arrastrarse entre el barro, las vísceras y la sangre de sus compañeros, ni aunque ello suponga su captura. En su delirio, se aferra a la mirada desafiante de su india pagana.