NARBONA, RAFAEL
La mística parece un asunto del pasado, pero sigue ejerciendo unapoderosa fascinación. Juan de la Cruz, Blake y Simone Weil suscitanadmiración y asombro, pues su experiencia vital excede los límitesestablecidos por el pensamiento científico. Sus vivencias místicaspodrían ser despachadas como simples fantasías o embustes, pero locierto es que transformaron sus vidas, actuando como punto de partidade una existencia particularmente fructífera. De orígenes judíos yescéptica en materia religiosa, Edith Stein decide convertirse alcatolicismo tras una lectura febril del Libro de la vida de Teresa deJesús. "Quién busca la verdadö, escribe Stein, "busca a Dios, sea o no consciente de elloö. No obstante, no todos los místicos creen enDios. Bataille describe la experiencia religiosa como un éxtasis donde trascendemos nuestra dimensión individual, sumergiéndonos en lacorriente del ser. Nihilista furibundo, Cioran exalta la Nada comoliberación mística de una conciencia atormentada por el sentimiento de finitud. El místico siempre es un artista, un creador. Su voz nospermite ir más allá, revelándonos contine