REGIS ST.LOUIS
En Portugal, no es difícil caer rendido ante el paisaje, el ritmo de la vida rural, la comida y el vino. Hay que entregarse al placer de explorar las playas escondidas a lo largo de la Costa Vicentina, dar pintorescos paseos por la Serra da Estrela y vagar por los rincones menos concurridos del Alentejo, un lugar mágico para descubrir el alma tradicional de Portugal. Pero son los propios portugueses los que hacen que este país sea tan especial. Pese a su apariencia arisca, pura fachada, se cuentan entre las personas más amables y cálidas del mundo.