CERDAN, CLAUDIO
Tras salir de la cárcel después de un golpe fallido y ser atrapado con varios kilos de droga, sin delatar a tu antiguo jefe, no es plato de buen gusto descubrir que lejos de agradecértelo te exige una compensación por la droga perdida más los intereses de demora de cuatro años. Y menos aún tener que volver a reunir a tu banda para volver a trabajar para el capo, y que se desate un apocalipsis zombi al mismo tiempo. Claro que si eres un buen profesional, ni todos los muertos vivientes del mundo impedirán que continúes con tu actividad.