CERNUDA, ALFREDO
a oscuridad es un territorio desprovisto de interés para la mayoría de las personas. Aunque nuestros ojos lleguen a distinguir perfiles, manchas o contornos, la ausencia obligada de luz inquieta los pensamientos y nos hace sentir vulnerables, demasiado vulnerables. La percepción temerosa de lo que nos rodea se agudiza si los días que retenemos en la memoria han transcurrido entre campas y maizales, recibiendo al viento cada mañana sin necesidad de presentaciones. Ésta fue una de las razones por las que Amadeo Salvatierra, angustiado en la negrura de su celda, comenzó a sospechar que la soledad no es pródiga en sonrisas y, como un relámpago, su mente acudió al refugio de la noche en que su abuela Leonides consultó las cartas para regalarle su futuro