RABELAIS, FRANÇOIS
Introducción. Texto y notas de «Tercer libro de Pantagruel».
Cuando a principios de 1546 aparece
este Tercer libro, Rabelais ya no es
el oscuro médico que en 1532 había
publicado su Pantagruel, sino un autor
conocido como humanista, que ha
publicado tratados serios en latín, de
tema médico y jurídico, ha alcanzado
gran éxito con sus dos libros de gigantes
anteriores y ha logrado el apoyo de
importantes personajes del reino de
Francia.
El Tercer libro, publicado tras un largo
silencio del autor, tuvo gran éxito y se
presentó como una prolongación de
Pantagruel, que había interrumpido
el relato de sus aventuras por la
publicación posterior de la historia de su
padre, Gargantúa. La historia del Tercer
libro se sitúa antes de esas aventuras
prometidas en el primero. Rabelais se
esfuerza por vincular estrechamente
esta obra a las dos novelas anteriores,
pero en este libro prescinde del
marco épico de los libros anteriores
y los gigantes quedan reducidos a
dimensiones humanas. Aunque persiste
la intención cómica, ya no se hab
Cuando a principios de 1546 aparece este «Tercer libro», Rabelais ya no es el oscuro médico que en 1532 había publicado su «Pantagruel», sino un autor conocido como humanista, que ha publicado tratados serios en latín, de tema médico y jurídico, ha alcanzado gran éxito con sus dos libros de gigantes anteriores y ha logrado el apoyo de importantes personajes del reino de Francia.
El «Tercer libro», publicado tras un largo silencio del autor, tuvo gran éxito y se presentó como una prolongación de «Pantagruel», que había interrumpido el relato de sus aventuras por la publicación posterior de la historia de su padre, «Gargantúa». La historia del «Tercer libro» se sitúa antes de esas aventuras prometidas en el primero. Rabelais se esfuerza por vincular estrechamente esta obra a las dos novelas anteriores, pero en este libro prescinde del marco épico de los libros anteriores y los gigantes quedan reducidos a dimensiones humanas. Aunque persiste la intención cómica, ya no se habla de "hechos y proezas", sino de "hechos y dichos". El diálogo y las anécdotas ocupan aquí el lugar de la acción y las hazañas.