CASAS OLOGARAY, ALFONSO
La batalla de Teruel fue una de las más cruentas de la guerra civil española y se desarrolló en medio de la mayor adversidad climatológica posible, en un invierno en el que los termómetros marcarían temperaturas de dieciocho grados bajo cero. Éxito inicial de la República al impedir la proyectada ofensiva franquista sobre Madrid, la iniciativa gubernamental culminaría con la toma de la única capital de provincia que conseguiría conquistar durante la guerra, convirtiéndose en un gran éxito propagandístico con repercusión en las cancillerías europeas y en la opinión pública internacional. En Teruel y sus alrededores se darían cita doscientos mil combatientes de ambos ejércitos, luchando por una ciudad de apenas trece mil habitantes, con durísimos combates en el interior de la ciudad, el asedio de los defensores y el sufrimiento de la población civil, mientras en el exterior continuaba el enfrentamiento de las mejores unidades militares de los dos ejércitos contendientes. Teruel, al final de la batalla, sería reconquistada por el ejército franquista, que se encontraría con una ciudad devastada. El largo desgast