HENRY, MICHEL
En la actualidad, el arte puede liberar al hombre de su confusión devolviéndole lo que ha perdido: éste fue el mensaje de Kandinsky, fundador de la pintura abstracta. No se trata de representar el mundo de los objetos, sino nuestra vida interior. ¿Cómo pintar y hacer ver las emociones ocultas de nuestras almas, cómo mostrar lo invisible? Considerada «difícil», la pintura abstracta abre paradójicamente el camino hacia una cultura verdaderamente popular y confluye con el arte preocupado por lo sobrenatural, con el arte sagrado, como nos explica Michel Henry.
«Lo que, a fin de cuentas, los más elevados espíritus han pedido al arte es un conocimiento, un conocimiento verdadero, ;metafísico;, susceptible de ir más allá de la apariencia exterior de los fenómenos para entregarnos su esencia íntima. ¿Cómo la pintura realiza y puede realizar esta revelación última? No dándonos a ver, no representándonos esa esencia última de las cosas, sino más bien identificándonos con ella en el acto iniciático del arte.»