GUERRERO, JUAN ANTONIO / IZUZQUIZA, DANIEL
Los mecanismos que explican más profundamente por qué nuestra sociedad genera excluidos son de índole antropológica, y entre ellos destacan los referidos a nuestro modo de concebir la actividad humana (lo que hacemos), a la manera de vincularnos entre nosotros (con quién vivimos) y a nuestra identidad (quiénes somos). Esta antropología dominante tiene dos efectos muy graves y entrelazados. Por un lado, deshumaniza a las personas consideradas oficialmente como "integradas": por otro, condena a una serie de personas a la exclusión más radical, haciéndolas superfluas para el sistema. Por eso, las diversas propuestas que pretenden solucionar el problema de la exclusión manteniéndose en el marco de comprensión antropológico dominante sólo conseguirán correcciones puntuales y (si no son ciudadosas) pueden reforzar el mismo sistema que produce la exclusión social. Es preciso, pues, un planteamiento verdaderamente alternativo que vaya a la raíz de la cuestión. Los autores reivindican la acción política en el ámbito público, la importancia de los relatos de sentido, la identidad pública, los vínculos constitutivos y los de la libertad: o, lo que es igual, el ejercicio efectivo de una ciudadanía solidaria que construya un mundo común integrador de los distintos, en el que todas las personas tengan lugar. Sólo así seremos capaces de construir un modo de vivir juntos en el que nadie quede excluido. Los autores son jesuitas y fueron compañeros en la comunidad del Pozo del Tío Raimundo (Madrid). En los últimos años han compartido diversas tareas de coordinación del apostolado social de la Compañía de Jesús. JUAN ANTONIO GUERRERO es profesor de Antropología Filosófica y de Filosofía Social y Política en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Maestro de Novicios. DANIEL IZUZQUIZA trabajó como educador y fue director de la Fundación Amoverse, para el apoyo a menores en riesgo social, en el Pozo del Tío Raimundo (Madrid). Actualmente, sigue estudios de teología en Boston.