GRAHAME, KENNETH
El día que el hijo de Kenneth Grahame, Alastair, cumplía cuatro años, lloraba desconsoladamente. Su padre prometió contarle todos los cuentos que quisiera. El hijo escogió a los protagonistas y el padre aceptó el desafío. Y estuvo contándole aventuras hasta las doce de la noche. Siguió con estas aventuras muchas noches de los tres siguientes años. El resultado fue la aparición en 1908, de El viento en los sauces.
En la orilla del río, Topo, Rata, Tejón y Sapo son buenos amigos y viven apaciblemente, pero entre ellos discrepan sobre la necesidad de abandonar la tranquilidad de su hogar y vivir aventuras. La orilla del río, símbolo de lo conocido y seguro, y el ancho mundo que representa lo desconocido y peligroso, pero también la libertad, constituyen el escenario de este relato sobre el encanto de la vida sencilla y la amistad, todo ello bañado con humor y poesía. El humor, muy sutil, abunda en los diálogos y en las peripecias de los personajes; la poesía impregna todo el relato pero muy especialmente las descripciones de la naturaleza, cuyo realismo el autor equilibra con bellas imágenes y metáforas.