KERR, PHILIP
El antiguo policía Bernie Gunther creía que ya lo había visto todo en las calles de Berlín de los años treinta. Pero
cuando dejó el cuerpo para convertirse en detective privado, cada nuevo caso lo iba hundiendo un poco más en los
horribles excesos de la subcultura nazi. Después de la guerra, en medio del esplendor imperial y decadente de Viena,
Bernie incluso llega a poner al descubierto un legado que, en comparación, convierte las atrocidades cometidas en
época de guerra en un juego de niños...
Estos tres misterios, que ahora se publican en edición de bolsillo, están llenos de emoción y las penetrantes miradas
a la vida de la Alemania nazi son más ricas y más cercanas que muchas de las historias de esta época. La primera vez
que conocemos al ex policía Bernie Gunther la acción se sitúa en 1936, en Violetas de Marzo (un eufemismo que usaron los primeros nazis para describir los últimos conversos), cuando los Juegos Olímpicos están a punto de empezar.
Algunos de los amig
Berlín, 1936. Bernie Gunther creía estar curado de espanto, pero ahora que ha abandonado el cuerpo de
policía y se ha hecho investigador privado, el recuerdo más sórdido del Berlín de toda la vida le resulta incluso
entrañable. Al menos si lo mira desde la perspectiva de la subcultura nazi, en la que cada nuevo caso parece hundirle
un poco más. Violetas de marzo, eufemismo usado por los primeros nacional-socialistas para referirse a los advenedizos,
da inicio a una trilogía narrada desde un punto de vista dolorosamente privilegiado, situada en momentos clave del
espantoso transcurso de la Europa siglo XX, que en la obra de Kerr se parece mucho a la historia universal de la
humanidad.