ARAGON, BEA
CAUTION: WET FLOOR. Cuidado: suelo húmedo. La señal nos alerta para hacernos conscientes de lo real: quiere avisarnos del peligro, que nos demos cuenta de la singularidad de la situación y las circunstancias, sugerirnos que tengamos precaución para reducir los riesgos. Unas pocas palabras pueden pasar inadvertidas o salvarnos de los daños provocados por una superficie resbaladiza.
Diario lírico, retrato descarnado de un tiempo y un oficio, en Wet floor convergen la reflexión existencial, el fulgor de lo cotidiano, la experiencia de la precariedad laboral y la reivindicación de la dignidad y la injusticia, en una audaz exploración de las emociones más íntimas que son también universales.
Un libro que huele, mira y cuenta como pocos. Una voz que empapa
y centrifuga la conciencia.
Miriam Reyes
Anotar unos versos mientras se seca lo fregao, antes de la próxima
tarea. Igual la poesía siempre es eso, pero aquí lo es literalmente.
Conciencia de kelly, orgullo de clase: la limpiadora pasa palabras
sobre las jornadas que sostienen el mundo, sobre las heridas que se
arrastran desde niña, sobre los destellos de luz en mitad de las horas,
sobre el rastro de las vidas que se cruzan en las ciudades y en
las habitaciones. ¿Qué verás al mirarte en este espejo reluciente que
te tiende?
Laura Casielles
No es fácil aunar naturalidad y profundidad
como lo hace Beatriz Aragón. Su expresión
rezuma autenticidad y alcanza a transmitir
de veras. Sus versos resuenan y permanecen.
Poesía crítica, de clase, de mujer, pero,
por encima de todo, poesía. Y de una rara
especie: aquella capaz de atrapar a todo
tipo de lectores, también a quienes no suelen
leer libros de poemas.
Joaquín López Bustamante