SOLAR, DAVID
Antes de que Hiroshima y Nagasaki experimentasen el horror nuclear, los científicos más clarividentes de Estados Unidos, incluso alguno de los que inicialmente habían empujado el proyecto, desaconsejaron seguir adelante no solo por los aterradores efectos que preveían, sino porque, una vez abierta la caja de Pandora, sería imposible cerrarla.
La URSS, Reino Unido, Francia y China se sumaron enseguida al club atómico. Y la carrera siguió con nuevas incorporaciones. En los arsenales de las potencias atómicas se acumulan millares de ingenios nucleares capaces de destruir varias veces el planeta.
Aquí se narra la historia de la carrera atómica, la multiplicación de los arsenales y de los medios para atacar al enemigo o para defenderse de él, los débiles acuerdos limitadores, la amenaza de la proliferación y la egoísta lucha de las grandes potencias por conservar el monopolio, incumpliendo lo acordado en la firma del Tratado de No Proliferación Nuclear firmado en 1968.